El octavo episodio fue, según los críticos, el punto culminante de la última de temporada de la serie entre otras cosas, por la sobrehumana batalla librada entre los vivos y los no muertos. Y no es para menos, ya que el set de grabación de la serie, en el Norte de Irlanda, no disponía de barcos, gigantes ni muertos vivientes.
Tal y como muestra el vídeo, la compañía El Ranchito se sirvió de un croma verde y de diversos programas informáticos para diseñar las inquietantes criaturas, aumentar el número de combatientes y en general, convertir los bucólicos parajes norteños en un escenario apocalíptico.
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