miércoles, 16 de diciembre de 2015

Kubrick // One-Point Perspective


Wes Anderson // Centered


Robo de todo, dice Tarantino

Quentin Tarantino es el jodido maestro del corta y pega (la posmodernidad para los críticos). No lo oculta:

«Robo de todo. Los grandes artistas roban, no hacen homenajes», dice a Empire Magazine, robando/recreando la cita de Picasso.

Vaya que si lo hace: desde Centauros del desierto (The Searchers) a películas más recientes como Muerte entre las flores (Miller’s Crossing).

El videoartista Jacob T. Swinney reúne pruebas del ‘crimen’ y las expone en Directores geniales en tres minutos: Quentin Tarantino:

Tarantino, como Picasso, coge de aquí y de allá et voilá: da algo nuevo; aunque veas los ingredientes… es otra cosa.

Inclusos el nombre de su productora de Tarantino es un robo: A band apart como la película del mismo nombre de Godard a quien también roba la escena del bailecito de Thurman/Mia y Travolta/Vincent. No lo llamemos robo, llamémosle apostolado: Tarantino difunde al mundo la religión de las imágenes de Godard.

Tarantino también participa en un juego de relevos de plagios creativos: roba a Sergio Leone como este roba a Kurosawa. (Por un puñado de dólares es un plagio de Yojimbo que acabó en los tribunales y haciendo rico a Kurosawa). Tarantino deja constancia del delito en el mismo guión de Kill Bill:

SERGIO LEONE CU:
The Bride Blinks.

CORTE SERGIO LEONE:
La Novia Parpadea.

(CU en lugar de CUT. Tarantino está peleado con la ortografía).

Así indica Tarantino qué plano quiere exactamente. En otro momento escribe que la Novia lleva «un chándal de color amarillo con una raya negro bajando por ambos lados como el que lleva Bruce Lee en Juego con la muerte».

No son las únicas referencias que hace Tarantino a películas ajenas en sus guiones o confiesa a la prensa. Aunque permanece la controversia con City on fire, dirigida por Ringo Lam y que aparece en el vídeo como referencia para Reservoir Dogs. Sin embargo, Tarantino solo la menciona en una ocasión (y pasados unos años):

«Adoro City on fire, tengo el póster enmarcado en mi casa, es una gran película».

A pesar de esto, los detractores de Tarantino reconocen que la película del norteamericano es superior a la cinta del hongkonés del que nunca más supimos. De alguna manera, hacer películas es como hacer paellas: todas tienen arroz, tomate, agua, aceite, azafrán, sal… carne de pollo o conejo o ternera o marisco… Ingredientes a disposición de cualquiera, pero a todo el mundo no le sale igual.

La gracia de Tarantino es que da a la escena o el plano robado un nuevo contexto: los sitúa de manera que sirven a la trama con coherencia y con brío. Esto no es fácil. A menudo se notan los costurones.

Pensemos en Lo que la verdad esconde (What Lies Beneath) que acumula trocitos de episodios de Alfred Hitchcock presenta, La ventana indiscreta, Psicosis… Trocitos que sacan a muchos espectadores de la película. Pero Tarantino toma el plano de Psicosis de Janet Leight, el coche y el jefe porque sabe que funciona para Bruce Willis, el coche y el mafioso. Más tarde los críticos y cinéfilos reconocen la referencia.

La referencia visual a Betty Mármol sí es un guiño a los espectadores que como Tarantino vieron Los Picapiedra siendo niños. Es uno de los caramelos visuales que Tarantino desperdiga en sus películas para halagar a los cinéfilos. Detalles que no interfieren en el desarrollo de las historias como las gafas en el salpicadero del coche o el chándal amarillo de Uma Thurman.

«¡Como Bruce Lee!», decimos, pero no podemos considerar el por qué. Tarantino no lo permite: a continuación llegan las espadas y los brazos que al ser cortados parecen surtidores de sangre. Una referencia al cine japonés de artes marciales.

«Robo de todo. Si a la gente no le gusta esto que no vaya a verlo, ¿de acuerdo?», dice Tarantino.

A servidor le gusta. Por esto espera el estreno de The Hateful Eight un western con música de Morricone. Con este dato sabemos lo que veremos. Y lo queremos ver.

POR JAVIER MELENDEZ MARTIN

Hotel Chevalier

En una habitación de hotel en París, Jack Whitman yace en una cama, pide un sándwich de queso a la parrilla al servicio de habitaciones. Su teléfono suena, es una mujer, una sorpresa. Prepara el ambiente, un baño, cambio de ropa. Ella llega, al igual que la comida, y las complicaciones de su relación emergen en pedacitos.

Director: Wes Anderson
Writer: Wes Anderson
Stars: Jason Schwartzman, Natalie Portman and Waris Ahluwalia 




lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Puede el movimiento contar una historia?



Claro, si eres tan bueno como Akira Kurosawa. Más que ningún otro cineasta, él tenía una comprensión innata de movimiento y cómo capturarlo en pantalla.



lunes, 9 de noviembre de 2015

Así se creó la batalla más épica de Juego de Tronos

La empresa española El Ranchito ha publicado un vídeo del 'making of' de la escena que nos da una idea de las horas de trabajo de grabación, edición y montaje que hay tras una batalla "zombie".

El octavo episodio fue, según los críticos, el punto culminante de la última de temporada de la serie entre otras cosas, por la sobrehumana batalla librada entre los vivos y los no muertos. Y no es para menos, ya que el set de grabación de la serie, en el Norte de Irlanda, no disponía de barcos, gigantes ni muertos vivientes.

Tal y como muestra el vídeo, la compañía El Ranchito se sirvió de un croma verde y de diversos programas informáticos para diseñar las inquietantes criaturas, aumentar el número de combatientes y en general, convertir los bucólicos parajes norteños en un escenario apocalíptico.



domingo, 1 de noviembre de 2015

El Plano Holandés, o como el cine te afecta incluso a nivel subconsciente







Estas viendo una película y una escena en concreto te hace removerte nervioso en tu asiento. Lo achacas al buen trabajo de los actores, o al guión, pero hay una parte que no ves que contribuye a ese desasosiego. Se llama Plano Holandés, y es una técnica tan vieja como efectiva.
El Plano Holandés, conocido a veces como Plano Alemán, o Plano Aberrante, es ese en el que la cámara se inclina levemente de forma que lo que ocurre en la escena no es paralelo al horizonte fotográfico. En otras palabras, toda la escena está torcida.
Esta técnica se utiliza mucho en el cine con diferentes objetivos. El Plano Holandés ayuda a dar más sensación de movimiento a una escena, también sirve para dirigir la mirada del espectadior a lo largo de una línea hasta un punto determinado de la escena.
En escenas sin movimiento, el Plano Aberrante genera una sensación psicológica de inestabilidad que ayuda a dar más fuerza a un acontecimiento inquietante. No hace falta que el espectador conozca la técnica. Si está bien hecha funciona de manera incluso subconsciente, aunque a veces se abusa demasiado del truco. Este vídeo de Fandor Keyframe recopila multitud de escenas en las que se usa esta técnica de encuadre, ordenadas de menor a mayor ángulo. [Fandor Keyframe vía Sploid]
Carlos Zahumenszky